Luchan en las ruinas del pasado.
La arena de los desiertos radioactivos se derrite bajo las ruedas blindadas de los carros de batalla, bajo los rayos de los pesados rayos láser y el fuego de las pistolas de plasma, se derrite debido a su rabia y desesperación, odio y miedo, y las nubes hierven sobre los lugares de sus batallas. y gotas de lluvia venenosa se evaporan antes de llegar al suelo.
Sus siluetas borrosas pasan por las fortalezas de gasolina y ciudades fortificadas, frente a la lente de las cámaras automáticas y los cañones de armas pesadas que protegen la paz de los últimos sobrevivientes de la guerra. Hablan de ellos en las noticias y en las redes mundiales de información, y las cámaras móviles miran todos sus movimientos desde el cielo cubierto de cenizas.
No importa, quiénes son: invasores, soldados, mercenarios ... por qué no encontraron un lugar para ellos bajo la protección de las murallas de la ciudad y desafiaron el desierto. No importa lo que sientan y lo que piensen cuando se maten entre ellos. Aquellos que miran sus batallas en los paneles de neón de las ciudades abovedadas nunca entenderán esto.
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